San Ignacio de Loyola

La verdadera felicidad está en el saber elegir bien con el deseo de «en todo amar y servir»

Ignacio fue un peregrino que tuvo que enfrentar todo tipo de dificultades sin dejar nunca de «buscar y hallar a Dios en todas las cosas». Esto hizo que Ignacio se convirtiera en un auténtico maestro del discernimiento, es decir, una sabiduría que nos ayuda a elegir el buen camino y a rechazar el malo.

Con este mismo deseo, que sigue siendo válido y muy necesario para hoy, San Ignacio tiende la mano al ser humano del siglo XXI. Le ofrece un camino, un medio, una luz para iluminar y vivir con pasión su propia vida. En muchos momentos de la vida nos vemos en la tesitura de tener que tomar decisiones. Pero habitualmente nos fundamentamos en la inmediatez y en la improvisación. Por ello, es más necesario que nunca que las decisiones sean fruto de un proceso interior. El discernimiento es un don y es una tarea. A través de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, nos proporciona un camino que nos ayuda a vivir con autenticidad nuestra fe, a experimentar el verdadero don y amor de Dios, a tomar conciencia de que la verdadera felicidad está en el saber elegir bien con el deseo de «en todo amar y servir».

Ignacio nos invita, allí donde nos encontremos y como nos encontremos, a dirigir nuestra mirada hacia lo alto, porque ello supondrá abrir cada vez más nuestro corazón a una actitud de búsqueda incesante de la voluntad de Dios en la disposición de nuestras vidas. Dios te quiere feliz y tiene un camino pensado para ti.

Desde nuestra parroquia deseamos que toda la vida y obra de San Ignacio de Loyola ilumine y oriente todas nuestras acciones pastorales “en todo amar y servir para mayor gloria de Dios”